El pastor
José M. Martínez, promovido a la
patria celestial
Mensaje
del culto
de despedida
Culto Memorial
y de Acción de Gracias
Enviar
condolencia
a la familia
Con gratitudLa noticia
en la prensa

EL PASTOR JOSÉ M. MARTÍNEZ
ES PROMOVIDO A LA PATRIA CELESTIAL

El Pastor José M. MartínezEn la madrugada del pasado domingo 19 de junio, el Señor ha llamado a su presencia al fundador de Pensamiento Cristiano D. José M. Martínez a los 92 años de edad.

Su estado de salud se fue debilitando en los últimos meses hasta llegar a una fragilidad que contrastaba fuertemente con su vigor anímico y espiritual. Se iba «deshaciendo este tabernáculo», el cuerpo (2 Co. 5:1), pero se fortalecía su visión del Invisible. Se hizo muy evidente en este período de su vida la gloriosa y misteriosa paradoja descrita por el apóstol: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2 Co. 12:10).

Con ánimo pronto escuchaba textos de la Palabra que le leíamos cada día. En la noche del sábado, sin saber que iba a ser su último día, leímos el Salmo 27. Acabada la lectura, asintió con firmeza. Iba a ser su última expresión en esta vida. Así nos dejó su postrer legado de fe un hombre que en la adolescencia se convirtió al Señor, «prendado y prendido de Jesucristo» en palabras textuales suyas.

La vida de D. José ha sido fructífera en muchas áreas, pero sobre todo fue un pastor, un pastor «según el corazón de Dios». Su preocupación pastoral fluía de forma constante en sus palabras y actitudes, tanto en su ministerio público (predicación, enseñanza, escritura) como en los contactos personales. Ya muy escaso de fuerzas, nos preguntaba con una mirada profunda e intensa: «Y tú, ¿cómo estás?». Es difícil decir más con tan pocas palabras.

«Ausente en el cuerpo, pero presente en el Señor». Este es nuestro gozo y nuestra esperanza suprema. Como el apóstol, él estaba convencido de que «partir y estar con Cristo es muchísimo mejor» (Fil. 1:23). En uno de los escasos himnos que compuso nos habla de ello y empieza así: «¡Cuán feliz la célica morada!». Por ello, en estos momentos de duelo por la separación no lamentamos una pérdida sino que celebramos y agradecemos una ganancia, la ganancia de una vida entregada a la causa del Evangelio por amor al Señor Jesucristo.

Elisabet Martínez Vila
Pablo Martínez Vila y Marta Fontanet
Ana Martínez Vila y Job 't Hart, Daniela y Felix