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CON GRATITUDQueremos expresar nuestra gratitud más sentida a todos los que, de diversas formas, nos habéis acompañado en estos días de dolor por la separación. Han sido tantas y tan cálidas las muestras de apoyo que la tristeza ha quedado cubierta por un manto de amor fraternal indescriptible. Muchas gracias por los mensajes de condolencia recibidos desde todo el mundo. Vuestras entrañables palabras de afecto nos han llegado al corazón y nos han llenado del gozo que proviene del «Padre de misericordias y Dios de toda consolación» (2 Co. 1:3). Muchas gracias por haber mostrado de forma tan generosa hacia José M. Martínez lo que el apóstol Pablo pidió a los filipenses con relación a Epafrodito: «Tened en estima (honra) a los que son como él» (Fil. 2:29). Agradecemos también los comentarios de valoración y gran aprecio sobre la obra y el legado de nuestro padre. Ciertamente él nos deja el listón muy alto, pero estos comentarios nos estimulan a seguir adelante no sólo para preservar este valioso legado, sino sobre todo para que el Evangelio sea predicado, el pueblo de Dios edificado y Cristo sea glorificado. Ésta fue su visión y su ilusión al fundar Pensamiento Cristiano. Deseamos que esta antorcha siga bien encendida. Para ello necesitamos y agradeceremos vuestras oraciones, «cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración» (2 Co. 1:11). Sabemos que cuando nuestra morada terrestre –el cuerpo- se deshace, la esperanza de la resurrección en Cristo nos permite seguir adelante con la mirada puesta en «las cosas que no se ven, que son eternas» (2 Co. 4:18). Qué gran bendición proseguir la carrera inspirados en modelos humanos que nos son un referente, pero sobre todo «puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe... para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar» (Heb. 12:2-3). Elisabet Martínez Vila
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